jueves, 20 de marzo de 2014

Bunbury y su público se complacen mutuamente

La entrega y la puntualidad marcaron la presentación del español en el Teatro Nacional.

Ana Lucía Mendizabal / amendizabal@siglo21.com.gt

“Muchas gracias. Es un verdadero placer estar aquí. Hay gente que pregunta ¿por qué vengo tan seguido?, y yo respondo: ‘Obvio’”. Estas fueron las primeras palabras que Enrique Bunbury le dedicó al público guatemalteco que se congregó durante el concierto que ofreció la noche del martes en la Gran Sala Efraín Recinos, del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.

A las 20 horas en punto, las luces del teatro se apagaron para sorpresa de algunos fanáticos que no habían ingresado en la sala. Las imágenes de una nave espacial que sobrevuela la tierra se proyectaron sobre el fondo del escenario y de la nave surgió una luz que depositó al artista sobre el escenario, donde ya estaban instalados los integrantes de su banda, Los Santos Inocentes.

Los acordes de Despierta pusieron a la audiencia a cantar a todo pulmón. Luego llegaron El club de los imposibles, Los inmortales y Contracorriente. La potente voz de Bunbury lideró al coro que no descansó durante toda la noche, porque cada vez que concluía una canción, gritaba: “¡Enrique, Enrique, Enrique!”.

La emoción se hizo aún más evidente con la interpretación de Hijo de Cortés y su versión de Ódiame. Algunos miembros del público no solo lo siguieron con su voz, sino también replicaron los movimientos del artista sobre el escenario. Llegaron temas como Más alto que nosotros solo el cielo, Porque las cosas cambian y Destrucción masiva.

“Me siento en casa, América, en Antigua quisiera morir”, los versos de El extranjero hicieron como siempre gritar a los presentes. Deshacer el mundo, El rescate, Los habitantes y Salvavidas dieron continuidad a la fiesta, que también incluyó El hombre delgado que no flaqueará jamás, Que tengas suertecita, Frente a frente, Hay muy poca gente, Lady Blue, y se prolongó hasta pasadas las 22:20 horas.

El artista se despidió dos veces, pero debió volver para interpretar unos ocho temas más, entre los que incluyó Plano secuencia, que dedicó a Mick Jagger, por la muerte de su novia L’Wren Scott. Además, cantó, entre otras, Sácame de aquí, Parece fácil y El viento a favor.

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