La cantante y escritora que este viernes dará un concierto nocturno en el Plaza Condesa del DF, habla apasionada de por qué ahora, a sus casi 67 años, “destapa” parte de su vida personal y de su longevo amor por la cultura mexicana, revelando rituales y creencias personales cuyo impulso creador da vida a un arte humanista y a su activismo social.
MÉXICO, D.F. (SOLANGE GARCÍA MORENO / PROCESO).- De las artistas que en la actualidad hablan de su legado, saberes y opiniones del mundo musical, artístico, cultural y político, la estadunidense Patti Smith es quizá la más sincera, noble y honesta.
Una entrevista con la mal llamada “madrina del punk”, una de las mujeres más influyentes dentro de la cultura del rock’n’roll justo después de Janis Joplin, es como leer una extensión de toda su obra escrita, hecha canción, libro o poema.
Contrario a lo que ella piensa, aún mantiene ese halo shamanista y místico que su amigo y maestro William S. Burroughs le endilgó alguna vez: Patti es como una hada madrina; sí, pero una hada que si bien no esparce dulces polvos mágicos color pastel, sí arroja con fiereza, contundencia y aplomo sus palabras, sus poemas hechos canción, sus protestas o sus confesiones sin ningún pudor de equivocarse porque simplemente no cree en lo que los demás hablen de ella pues lo importante son su trabajo, sus acciones.
– Siempre he amado la cultura de México: la poesía, el cine, la fotografía. Siempre me atrajo el trabajo de Tina Modotti en México, por supuesto la obra y vida de Frida Kahlo, de Diego Rivera, desde joven viajé alrededor de su país por mi cuenta. También sus paisajes y la propia gente son maravillosos y claro, es sabido que México tiene una cultura muy rica y buena, nunca me había presentado en este país, vaya, ni siquiera sabía si podría hacer un concierto allá. Por eso, que el año pasado se hiciera posible fue fantástico, la gente fue maravillosa.
“Ahora fui invitada de nuevo para hacer otro concierto el 10 de mayo y estoy verdaderamente muy contenta. De hecho me voy a quedar más días, no sólo los del concierto, quiero visitar varios museos. Simplemente estar ahí, conocer nuevas personas; hay galerías muy importantes y muchos artistas muy interesantes, así que hay muchas razones para ir a México y ciertamente dar otro concierto es una de ellas.”
– ¿Así que tiene grandes expectativas por su próxima visita a México?
– No necesito tener expectativas. Simplemente me sentí bienvenida, más de lo que pudiera imaginarme. Ahora realmente siento que tengo muchos amigos allá, sé que hice varios amigos en diferentes museos y la gente que conocí durante el concierto, así que no creo que sea justo tener expectativas de la gente, espero que me vuelvan a dar la bienvenida y estoy segura que así será, porque creo que la conexión que tuvimos fue verdadera.
Ritos y literatura
En su libro autobiográfico Just Kids (Éramos unos niños, Lumen, 2010) con el fotógrafo Robert Mapplethorpe, Patti menciona y refiere de manera indirecta rituales que creaba para la inspiración y abrirse a la creatividad.
–¿Qué rituales mantiene desde su niñez y juventud, qué otros ha hecho al paso del tiempo?
–Primero que nada me gustaría decir que en términos de creación, cuando era joven por supuesto que estaba aprendiendo de mí misma y tenía fuertes impulsos creativos. Y hacía mi trabajo sin saber nunca exactamente a dónde me llevaría, simplemente lo hacía porque sentía que era mi llamado, así que lo hacía.
“Cuando el tiempo pasa, la gente abraza su trabajo y ser un artista te obliga a colaborar y compartir tu actuación con la gente. Ahora siento que no sólo trabajo para mí sino para la gente; por supuesto que tengo mis notas, mis diarios y pensamientos privados pero la mayoría de las veces en realidad mi trabajo de creación es para otros. En términos de rituales, a la hora de crear los míos son muy sencillos, es decir, no tengo para nada rituales místicos o mágicos, mis rituales son muy personales… Leo La Biblia, el Evangelio según San Mateo, creo que esos son mis rituales privados.
“Si hablamos de rituales o preparativos para una actuación, antes de tener alguna me aseguro que lleve puesta la misma ropa, creo que es una de las cosas en que soy bien supersticiosa, usualmente en mis giras tengo que llevar puesta la misma playera durante todo el tiempo que dure; así que la tengo que lavar y colgarla cada noche para usarla al día siguiente. También me aseguro siempre de estar limpia, en todos sentidos; calentar mi voz y finalmente sentarme en tranquilidad y silencio para escuchar y sentir la vibra general que hay a mi alrededor:
“Trato de captar la atmósfera que hay donde voy a presentarme. Si siento que está todo muy tranquilo haré un concierto tranquilo, silencioso; pero si siento que la gente está muy entusiasmada, agitada y de verdad quiere oír rock n’roll, todo cambia. A veces siento que la gente está muy melancólica, entonces trato de… eso, sentir a la gente. Es mi ritual a la hora de actuar ante el público ver cómo me voy a comunicar con ellos. Así que no tengo rituales místicos o algo shamanísticos, son más bien rituales humanísticos (sic).”
Para la autora de poemas y activista social, uno de los escritores que considera “un verdadero grande de la literatura universal” es el chileno Roberto Bolaño (“nada más hay que leer su novela póstuma 2666 , que para mí es su obra maestra” dice Patti, quien en su primer concierto en el Museo Diego Rivera Anahuacalli dedicó una canción al infrarrealista).
Influida y apasionada por la vida y obra de los poetas malditos y los escritores beat, Patti Smith mantiene a la literatura como parte fundamental de su vida, por eso asegura que actualmente está enfocada en la literatura japonesa y la filosofía oriental. Y por ello, para su concierto del próximo 10 de mayo en el Plaza Condesa de la Ciudad de México quiere incluir en su repertorio más canciones de su más reciente álbum editado, Banga, en especial, una canción enfocada e inspirada en San Francisco de Asís.
Recién se publicó en castellano un libro de fotografías suyas tomadas por Michael Stipe (R.E.M.) Dos veces intro: En la carretetra con Patti Smith (Sexto Piso Ilustrado). Nacida en Chicago el 30 de diciembre de 1946, la ganadora en 2011 del galardón Nobel de la música como también se llama al Premio Polar sueco, expresa un anhelo previo a su regreso:
“Si estuviera por programar algo para un festival en México tendría que ser algo que reseñara la riqueza de la cultura mexicana y de los artistas mexicanos que amo. Tal vez algún día me invitan a hacer algo así en México. Sería hermoso”.
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