Norberto Ángel / ESTO
CON su estilo lleno de fuerza, pero con esa voz desgarrada que transmite mil emociones Enrique Bunbury complació a los más de 20 mil asistentes que se dieron cita en el Palacio de los Deportes.
Su estilo, mezcla de rock luz, folk y un country que por momentos parecía ranchero pop, el cantante paseó su historia musical, que ha escrito desde que terminó aquel capítulo llamado "Héroes del silencio".
"Gracias México, Gracias DF", y abrió con "El mar, el cielo y tú", después siguieron "Llévame", "El solitario", "Sino fuera por ti", "La señorita hermafrodita", "El extranjero", "Ódiame", "No me llames cariño", entre otras.
Su voz invitó a que acompañara a su licenciado cantina, a recorrer lugares de melancolía, de nostalgia, donde se desgarraron el pecho y las emociones.
Acompañado de su banda de Los Santos Inocentes, nos brindó sus canciones como ardientes vasos de energético tequila.
"Ánimas que no amanezca", "Los habitantes", "Sácame de aquí", "Que tengas suertecita", "De todo el mundo", "El hombre delgado", Bujías para el dolor y Cosas olvidadas.
Siguieron más historias anecdóticas, que los presentes cantaron a una sola voz, aprendida a base de muchas ausencias y muchos amores y desamores.
Por momentos entre el clamor de un público entregado a este cantante que hemos convertido en héroe y que no tiene nada de silencioso, daban ganas de gritar, por lo menos con un buen vaso de cerveza.
Al final, para disfrutar de esta noche de bohemia rockera, tuvo como invitado a Ely Guerra, con quien compartió uno de sus grandes éxitos "Infinito".
Enrique Bunbury ya es nuestro, lo hemos adoptado y él nos disfruta cada vez que viene y por esta noche realmente brindemos por el "Licenciado cantina".
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