viernes, 16 de noviembre de 2012

Guitarra de Waters construirá casas

El ex integrante de Pink Floyd subastará su instrumento para recaudar fondos para cambiar unas barracas por viviendas dignas en Chile.

EFE

El británico Roger Waters, antiguo líder del grupo Pink Floyd, donó una guitarra firmada por él para que se subaste en un remate que se realizará la próxima semana en Chile con el fin de recaudar fondos para poder erradicar un campamento de chabolas.

La asociación que organiza la subasta es Un Techo para Chile, que anunció hoy en un comunicado que desde este jueves se puede pujar por la guitarra en el sitio web de Radio Futuro (www.futuro.cl), con un precio de salida de 2,5 millones de pesos, unos 5 mil dólares.

La guitarra será adjudicada el miércoles 21, durante una cena institucional que Un Techo para Chile celebrará en Santiago.

En esa ocasión también se subastarán artículos personales donados por otros famosos, entre los que destacan un vestido donado por la actriz colombiana Sofía Vergara y camisetas de la selección chilena de fútbol autografiadas por los jugadores.

El dinero que se recaude se destinará a un proyecto para erradicar el campamento de chabolas de San Gabriel, situado en el Cajón del Maipo, un valle situado a unos 30 kilómetros al sureste de Santiago, y construir viviendas definitivas para 120 familias.

Fue el presentador de Radio Futuro, Hernán Rojas, amigo de Roger Waters, quien hizo las gestiones para que el músico donara su guitarra.

"Mi idea es la siguiente: firmaré la guitarra Martin y me grabaré tocando Wish you were here" con ella, para que después rematen la guitarra y el video al mejor postor. Estas familias no pueden seguir viviendo así", dijo Waters en un correo de respuesta a su solicitud.

Según cifras oficiales de 2011, unas 83 mil 863 personas viven en Chile en 657 asentamientos irregulares, la mayoría de ellos instalados en zonas urbanas, que carecen de electricidad, agua potable o sistema de alcantarillado.

La organización Un techo para Chile fue creada en 1997 por el sacerdote jesuita Felipe Berríos junto a un grupo de jóvenes universitarios y su experiencia ha sido emulada en otros 18 países de la región, donde trabaja bajo el nombre de Un techo para mi país.

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