El guitarrista murió en 1970 tras tomas tomado un cóctel de somníferos y alcohol.
DPA
A pesar de su breve carrera, está considerado como el guitarrista más innovador de la historia del rock. Jimi Hendrix, cuya trayectoria estuvo poblada de altos y bajos, éxitos, soledad y drogas, habría cumplido 70 años el próximo martes.
Cuando hace 45 años, Hendrix prendió fuego y destrozó su guitarra durante el festival Pop de Monterey (California), el público respondió electrizado a la pasión del joven estadunidense. Tras su éxito en Europa aquella actuación supuso la consagración del músico de Seattle.
Pero Hendrix quería su propia carrera como guitarrista, compositor y solista. Así que a mediados de los 60 creó en Nueva York su primer grupo, Jimmy James and the Blue Flames. Pero el público estadunidense aún no estaba preparado para su forma poco convencional de tocar la guitarra: con los dientes o por la espalda.
Chas Chandler, bajo de The Animals, le convenció en 1966 para trasladarse a Londres. Allí fundó The Jimi Hendrix Experience junto al batería Mitch Mitchell y el bajo Noel Redding. Su directo se convirtió en un éxito y Hendrix en una estrella negra con un público blanco, que atraía incluso a Paul McCartney, Pete Townsheend o Eric Clapton, que asistían fascinados a sus conciertos.
El primer single del grupo, una versión de Hey Joe, llegó al sexto lugar de las listas de éxitos británcias. Hasta su disolución en 1969, la banda publicó tres discos, con títulos tan emblemáticos como Purple Haze, Little Wing o Vodoo Chile. El último álbum, Electric Ladyland llegó al número uno de la lista estadunidense Billboard.
En ese mismo 1969, con su versión del himno norteamericano The Star Spangled Banner, Hendrix demostró su increíble capacidad para experimentar durante el festival de Woodstock. Con su guitarra imitó el sonido de ametralladoras, explosiones y aviones militares, en lo que fue más que una protesta contra la guerra de Vietnam. "No protestamos, damos respuestas, una especie de solución", aclaró Hendrix ante la prensa. Aquella actuación sigue figurando hoy como uno de los momentos más importantes de la historia del rock.
Pero el tímido Hendrix no supo asumir su rápido ascenso y las grandes expectativas que le rodeaban. Empezó a consumir cada vez más drogas y a encerrarse en sí mismo.
"Es la maldición de la genialidad", apuntó en una ocasión Eric Clapton para intentar explicar la situación de Hendrix. "Estás sólo.
Nadie entiende las profundidades en las que te sumerges para expresarte". En ese proceso se descubren cosas que aterrarn y que deben superarse en solitario, agregó Clapton. Hendrix no lo consiguió. Murió el 28 de septiembre de 1970, a los 27 años, después de haber tomado un cóctel de somníferos y alcohol.
Con su innovador forma de tocar, Hendrix dejó una impresionante herencia a la historia del rock. Además de los hasta entonces desconocidos sonidos psicodélicos de la guitarra eléctrica, fue el primero que convirtió los solos en una parte fundamental de la música rock. Llevó la guitarra a un primer plano.
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